Implantes, silicona: ¿héroes o villanos?

Si navegas por la red encontrarás infinidad de blogs llenos de comentarios sobre cirugía estética, implantes, silicona, operaciones exitosas y otras desastrosas, en todos los idiomas. Frases como “tengo un pecho muy pequeño y me siento muy infeliz por ello” no hacen sino expresar el sentir de mujeres de toda edad que desean cambiar un rasgo de su fisionomía porque se sienten estafadas por la naturaleza o por el transcurso de la vida. Justificada para unos, sobredimensionada para otros, lo real es que la necesidad existe y miles de mujeres cada día analizan la posibilidad de ingresar a un en un quirófano y someterse a una operación estética.

Sin embargo la principal preocupación que muestran es sobre el costo económico de los implantes de silicona, desconociendo mucha información que es necesario conocer a profundidad. Dentro de la variedad de implantes, silicona es la opción más segura y probada por muchos años.

Implantes y silicona se vienen utilizando desde 1960, aproximadamente, sin embargo por casi una década la FDA (Federal Drugs Administration) de los Estados Unidos los retiró del mercado para estudiar a profundidad su posible relación con enfermedades del tejido conectivo, reumáticas, neurológicas o cáncer, su desempeño en caso de embarazo y lactancia, y su impacto en la realización de mamografías y otras técnicas de diagnóstico por imágenes. Este largo periodo de investigaciones científicas arrojó como resultado lo siguiente:

1. No existe evidencia concreta que indique que los implantes de silicona causen cáncer de seno u otra enfermedad. Tampoco se puede asociar con enfermedades autoinmunes o del tejido conectivo (Lupus, Artritis Reumatoidea, Esclerodermia, etc.). Las estadísticas indican que hay la misma incidencia en mujeres con o sin los implantes de silicona.

2. Los implantes de silicona no alteran la composición de la leche materna. Los niveles de silicona en la leche y sangre de madres lactantes que usan implantes de silicona y las que no los llevan, son los mismos.

3. Entre los implantes, silicona es la opción de mayor demanda, pues se sienten y lucen mejor que los de solución salina, que a veces se desinflan. Muchas mujeres también perciben una sensación de “ondas” o movimiento de líquido dentro del implante en su seno.

4. La silicona es usada en comidas, cosméticos y una gran variedad de productos de uso cotidiano sin evidenciar daño alguno al organismo. Se han encontrado aumentos moderados de silicona alrededor de las cápsulas de los implantes de silicona, pero también cerca de los implantes de solución salina.

5. En el caso de rotura de los implantes, la silicona no viaja a otras partes del cuerpo permitiendo corregir la situación sin exponer la salud del portador o portadora.

6. Existe la necesidad de reemplazar los implantes de silicona luego de unos años (en promedio alrededor de los diez años) y es posible que requiera una eventual cirugía adicional si las prótesis se desplazan o se rompen.

7. Siempre existe la posibilidad de complicaciones locales en la cirugía para colocar implantes de silicona.

Los actuales implantes de silicona son de una calidad muy superior a los originales, reduciendo los riesgos potenciales para su salud, y están mejor preparados para evitar rupturas. No obstante, es indispensable que al momento de evaluar su deseo de realizarse un implante de siliconas, la persona interesada se contacte con un especialista en Cirugía Plástica y Estética, con experiencia acreditada, para que le brinde información detallada y asesore en su caso particular.

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